La montaña de los signos
El país de los tarahumaras está cargado de signos. No faltaban sin duda lugares de la tierra en que la naturaleza, movida por una especie de capricho inteligente, haya esculpido formas humanas. Pero aquí el caso es diferente: porque es sobre toda la extensión geográfica de una raza donde la naturaleza ha querido hablar.
El país de los tarahumaras está cargado de signos. No faltaban sin duda lugares de la tierra en que la naturaleza, movida por una especie de capricho inteligente, haya esculpido formas humanas. Pero aquí el caso es diferente: porque es sobre toda la extensión geográfica de una raza donde la naturaleza ha querido hablar.
ANTONIN ARTUARD
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